Esculturas, dibujos y pinturas: elementos tradicionales del arte. Un riojano radicado en córdoba lleva su trabajo visual por otros campos y utiliza un elemento que, como la rioja, no fue solo parte de su infancia sino una constante a través de los años: el juguete.
Esta entrevista fue originalmente publicada en el Suplemento 1591 Cultura y Espectáculos del diario Nueva Rioja del 26 de mayo de 2022.
Fue grabada por la presentación de la muestra «Sueños y Utopías para esta gente» -inaugurada el 20 de mayo de 2022- para el canal de youtube Culturas en Libertad.
El arquitecto y artista visual Miguel Ángel Rodríguez nació en La Rioja en 1959, pero hace varios años vive en Córdoba, donde tiene su taller y su estudio de arquitectura. Es docente, investigador y Especialista en Procesos y Prácticas de Arte Contemporáneo. Su formación se complementó en talleres y clínicas de producción de obra.
La muestra «Sueños y Utopías para esta gente» fue inaugurada el pasado 20 de mayo en el Museo de Bellas Artes Octavio de la Colina. Está compuesta por esculturas, objetos, dibujos, una performance y obras con video mapping. Esta exposición permanecerá abierta al público hasta fines de junio.
Rodríguez estuvo en la Provincia para la inauguración de la muestra –dio charlas a pie de las obras durante el sábado 21 de mayo- y habló sobre su carrera: «El arte para mí es un lenguaje que me interesó desde muy chico para expresarme, comunicarme, contar aquello que me emocionaba e impactaba. Después, fui a talleres de arte, estudié pintura, dibujo, escultura, grabado y luego emprendí la carrera de Arquitectura».
«A mitad de la carrera sentí que me faltaba algo y entré en la Facultad de Artes en la Universidad Nacional de Córdoba, donde pude concretar esta necesidad que tenía de trabajar y expresarme a través del lenguaje plástico».
Volviendo a sus raíces, Miguel Ángel detalla: «De niño empecé a dibujar ; fui a la Academia de Bellas Artes que había en esa época en esta provincia, a aprender dibujo y pintura. Después empecé el secundario en La Rioja; por una situación familiar viajamos a Córdoba y nos radicamos en aquella ciudad, debido a que mi madre era cordobesa. Estudié en Córdoba Arquitectura y Artes visuales, mientras parte de mi familia siguió viviendo en La Rioja. La Rioja es el lugar del que nunca me fui y siempre tuve presente. No me aparté de su forma de vida, de sus costumbres, de la música, de la plástica, siempre estuve pendiente de todo lo que se hacía acá y viajaba permanentemente. Cuando empecé a producir en la plástica, La Rioja, el norte argentino y Latinoamérica formaron parte de mis trabajos por distintas razones: por sus colores, sus formas, sus costumbres y su identidad».

ESTILO PROPIO
«Para mí, la plástica es un camino de búsqueda permanente y de encuentros. Un camino en el cual uno va andando y tratando de encontrar una forma propia de decir y de dar respuesta a todo lo que a uno lo interpela, lo conmueve, siente y lo va elaborando para comunicarlo a través de este lenguaje plástico que también para mí -en muchos casos- es para celebrar» explica Rodríguez, haciendo referencia a su propia visión.
Con respecto a los materiales presentes en su trabajo, Miguel Ángel describe no solo su variedad, sino su importancia en la obra misma: «Yo empecé trabajando con el dibujo y la pintura, haciendo algunos objetos de esculturas y después, a lo largo de mi carrera, el eje de mi trabajo fue la tridimensión, sobre todo la talla en madera: trabajé con maderas nativas, a las que valoro mucho, como el quebracho colorado, el algarrobo, tintitaco, tusca etc., maderas que sentía que le aportaban significado a los trabajos y le adherían a la forma sus cualidades (dureza, color, significado). También trabajo con otros materiales, y les doy mucha importancia a estos; según la obra, voy eligiendo hierro, bronce, cartapesta o resina».
«Otro elemento importante en mis obras es la policromía, los colores y el material permiten que la obra adquiera una mayor claridad y contundencia en su elaboración.»
Las obras de cada artista tienen sus características y en las de Rodríguez son varios las que detalla: «Hay temas que rondaron y fueron una constante en mi producción como la identidad, la cultura y sus problemáticas. Siempre estuve atento y me nutrí de las expresiones populares, de los colores, las formas y las expresiones genuinas de cada sector de distintos pueblos tanto del norte argentino como de distintas regiones del país y de otros países de Latinoamérica, y en algunas producciones trabajé el objeto y el juguete, acercándome a la artesanía, a objetos utilitarios, a los límites del arte tradicional.»
A pesar de ya no vivir en la provincia que lo vio nacer, Miguel Ángel siempre se mantuvo presente en La Rioja y tiene una visión propia del arte en la misma: «A mí me gusta estar en La Rioja, interactuar con artistas de toda la provincia; creo que hay grandes artistas, excelentes producciones y un gran movimiento de plástica en La Rioja. Creo que hay una necesidad de apoyar y difundir más la obra de artistas de La Rioja, sacarla al exterior y darle más fuerza como movimiento plástico contemporáneo porque nos hace falta presencia a nivel de región y a nivel nacional. Para mí, La Rioja y el arte de La Rioja no solo en las artes visuales, sino la música y la literatura, tiene interesantes artistas y, además, particularmente, siento que todo lo que pasa en La Rioja a mí me es contemporáneo, me conmueve. La Rioja es un lugar maravilloso, un sector fantástico. Creo que esto nos nutre, nos interpela y sería bueno que lo podamos sacar y compartir con otros lugares y otros territorios».

MOMENTOS DESTACADOS
«A lo largo de mi carrera, he ido encontrando puntos de apoyo y estímulos que me ayudan a reflexionar sobre lo que estoy haciendo, a mirarme y a caminar un poco más seguro. Uno de esos fue cuando gané la beca del Fondo Nacional de las Artes en 1989, en la disciplina escultura; yo estaba iniciando recién mi actividad plástica, y eso me dio la fuerza para decir ‘me voy a dedicar a esto’, me ayudó a definirme no solamente por el premio, sino por las respuestas y las devoluciones que fui recibiendo de los trabajos que hacía», señala Rodríguez sobre uno de los primeros momentos memorables de su carrera.
La Rioja tiene un cura mártir, que hace un par de años fue nombrado beato y cuya imagen también es parte del catálogo artístico de Rodríguez. «Otro momento muy importante y muy gratificante para mí fue cuando me convocaron para presentar un proyecto en espacio público sobre el obispo Enrique Angelelli, que tuve la fortuna de que después se realizara; es la obra que está ubicada en la exavenida Córdoba (actual avenida Enrique Angelelli). La realicé en 2010, en conmemoración del Bicentenario. La Rioja tomó el tema de Derechos Humanos. Creo que el espacio público es el ámbito ideal, porque la obra entra en contacto con la comunidad, pasa a ser un equipamiento urbano y se desdibuja su autoría. Esa obra fue muy importante por el motivo, la figura de Enrique Angelelli a quien admiro por toda la obra que realizó en La Rioja y fue muy significativa para mí por el tamaño y por la envergadura».
«Al año siguiente, obtuve el Primer Premio del Concurso Nacional ‘Arnet a Cielo Abierto’: el premio consistía en hacer una escultura en un espacio público, y yo propuse un juguete gigante que se llama ‘Paisaje Ambulante’. Simbólicamente, retoma la idea de que la humanidad es tierra que anda. En mi caso, las montañas de La Rioja y las sierras de Córdoba, significan la tierra que uno lleva dentro, el paisaje que va con uno por todos lados. En ese encuentro de geografías que representa a la ciudadanía, surge esta obra y al ver que toma de ese camino y también va a ocupar un espacio público muy significativo en la ciudad de Córdoba. Me sirvió como un punto de apoyo importante por el tema, el simbolismo y la importancia que pudo tener esto para otras personas. Después de esto, también tuve otros momentos en exposiciones -Miguel Ángel realizó 20 exposiciones individuales, y participó en más de 120 muestras en la Argentina y en el exterior- eran otras situaciones en que iba encontrando lugares donde podía ver mi obra, tomar distancia y reconocer algunos tópicos y constantes que pueden recrearse para poder seguir trabajando. Reitero: para mí la plástica es un lenguaje que me permite comunicar: es un camino de búsqueda permanente».





